Se sabe que a los 18 años -en un oscuro accidente-, de certero balazo, le voló la cabeza a su hermano menor, Alfonso. El arma: un revolver que, según se dijo, le fue obsequiado por Francisco Franco, el Generalísimo fascista, supremo dictador de españa. Pero sería otro obsequio, indiscutiblemente mejor y público, el que recibiría alborozado ese joven y ambicioso Borbón de parte del anciano tirano, pues 11 años después, en 1969 (ver foto), sería designado por éste, como su único heredero a la jefatura del Estado y sucesor a título de Rey de España; así, a la muerte del dictador, en 1975, no tendría ningún reparo en jurar - sobre la Biblia, claro- y ante las cortes franco-fascistas, cumplir y hacer cumplir las leyes del régimen. En el acto, hubo un ausente: su padre, el legítimo rey de España al que Franco y su fiel borbón le birlaron la corona. Así nacería para España su nuevo Rey: Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. En su discurso inaugural, el flamante monarca homenajearía así al difunto Generalísimo: "... con respeto y gratitud quiero recordar su figura, una figura excepcional que entra en la Historia"
Nunca imaginaría Franco que, muchos años después, en tierras americanas, Don Juan Carlos de Borbón, su leal heredero, el señor Rey, seguiría sirviéndolo: ante millones de ojos, en visceral y rabiosa reacción, defendería con ardor el nombre e imagen de otro digno heredero franquista, el ex-presidente Aznar.
Sí, el representante vivo del más sanguinario y genocida linaje real europeo, los borbones, autores del feroz exterminio de 10 millones de indios en nuestros andes y de muchos más en tierras aztecas y mayas*, del saqueo demencial por su soldadesca real, que -en nombre de Su Majestad y de su Dios- enviaron a la Metrópoli, según consta en el Archivo de Indias, sólamente entre los años de 1503 y 1660, el descomunal producto del robo a nuestras tierras: ¡185 mil kilos de oro de pura ley y 16 millones de kilos de plata! De ese botín, como sabemos, a sus graciosas majestades, les tocaría -por previo acuerdo de ladrones- una quinta generosa parte. A su actual descendiente don Juan Carlos, decíamos, le tocó darse el gusto de venir por estas, sus ex-colonias americanas (a una reciente reunión de mandatarios democráticos en la que el único que nunca había sido elegido por su pueblo era él), y añorando esos 300 maravillosos años de absolutismo vesánico, le vino en gana mandar a callar a un presidente de nuestras -aún- maltratadas tierras; y lo hizo porque ¿cómo permitirle a un nativo soldadete de oscura raza notentiendo levantarle la voz, además de la negra mirada, a su representante y sobre todo a él, blanquísimo representante de la corona española, recordarle detallada y públicamente el vergonzoso latrocinio colonial y, encima, calificar de fascista a su engreido ex jefe de gobierno Aznar? Eso, el indignado borbón, no lo podía soportar. En realidad, nunca un rey de España ha aceptado ni aceptará, y , menos se disculpará por lo que hicieron sus antepasados contra nuestras naciones; los crímenes de lesa humanidad, según se les tipifica ahora, quedarán siempre en el olvido, los robos que cometieron silenciados seguirán. Todo fue un obligatorio y natural pago por la "civilización" que impuso el conquistador.
Al respecto, se recuerda que, en 1992, con motivo de la "celebración" del cuatricentenario del descubrimiento de América, un dignísimo gremio de profesionales peruanos (el Colegio de Economistas), en carta firmada por su decano, Virgilio Roel, y dirigida al embajador de España, le recordaba que para los americanos no era ningún motivo de alegría dicha "celebración"y que, en lo que se refería al saqueo de nuestras riquezas se le recordaba que España tenía una deuda real, pendiente de pago con el Perú. Le adjuntaban un detallado documento con el cálculo exacto del valor a la fecha, del tesoro producto del rescate de Atahualpa: U$. 599, 407' 539, 429, o sea, casi 600 mil millones de dólares americanos. La carta no tuvo respuesta.
Este sabroso, pero también histórico, affaire Rey de España Vs. Chávez, aún sigue llenando coloridas carillas de innúmeros escribidores; uno de ellos, un septagenario ciudadano español que alguna vez pretendió ser presidente del Peru, don Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, días atrás en el paquidérmico diario peruano El Comercio, se ha referido a este ofensivo episodio contra su Rey: "La enseñanza más obvia e inmediata de este sicodrama es que hay todavía una América Latina anacrónica, demagógica, inculta y bárbara...".
Digamos finalmente, que cada vez más vamos conociendo, dentro y fuera de España, toda la verdad acerca de ese astuto, inmisericorde y reaccionario personaje que es Juan Carlos de Borbón. Existen ya varios libros que decriben las andanzas financieras del rey y sus lazos con banqueros e industriales de todo tipo, maniobras que le han permitido amasar una cuantiosa fortuna personal que ya, en el 2003, según la revista Forbes, llegaba a los 1,700 millones de euros; bonita suma para alguien sin un trabajo conocido y que sólo es , a fin de cuentas -como bien lo acaba de calificar el senador español Iñaki Anasagasti-, el jefe de "una pandilla de vagos"(léase familia real).
Pero, como todo buen borbón , además del dinero, Juan Carlos ama la sangre, y si es ajena e inocente, mejor: su alteza adora la caza, cómo no, y no hace mucho ( el pasado 8 de octubre) viajó a Rumanía. Allí, se solazó con la matanza personal de NUEVE hermosos osos (entre ellos una osa gestante) y un lobo. La especie está protegida por la Convención de Berna del 2001 y, a pesar de las protestas y denuncias de la prensa independiente, su regia imagen quedo incólume.
Retrato concluído. ¡VIVA EL REY!
* El caso de la isla de Santo Domingo es emblemático: de una población cercana a los 4 millones de nativos en 1,496, tras 74 años de civilizada conquista, sólo sobrevivieron 125 indios.
nov.22.