lunes, 13 de agosto de 2007

LEER, PARA NO LEER

"HAY que conocer el arte de no leer", recomendaba -allá por 1850-, nada menos que Schopenhauer. Se refería, claro, a no leer libelos políticos o panfletos eclesiásticos. "No leer lo malo -decía-, para así tener tiempo y leer lo único bueno, que son los libros, porque la vida es muy corta...". Más de un siglo después, Jorge Luis Borges, mejor pensador que poeta, confesaba que nunca había leído un periódico, porque todas las noticias "están deliberadamente escritas para ser olvidadas".

En una de sus grandes películas (no recuerdo si es
La Aventura o El Desierto Rojo), Antonioni hace que sus personajes deshechen, a patadas, la página de un diario que ha interrumpido su existencial diálogo. "Es el diario de hoy", dice con repugnancia Mónica Vitti. Otro personaje -excepcional científico y filósofo-, Albert Einstein, despreciaba esas lacras de la humanidad, llamadas 'patriotismo' y 'militarismo' ( las llamaba "plagas de la civilización") y culpaba abiertamente a la prensa (además de la escuela) por sostener estos vergozosos mitos.

En nuestro país no hay que ser tan geniales, felizmente, para convencernos del triste papel que cumplen los diarios. Todos -sin excepción- sirven a la clase política al difundir sus mensajes, contarnos sus despreciables aventuras diarias, sus fechorías y arrepentimientos; pero, sobre todo, sus embustes pre-electorales en costosos avisos que sirven para el engorde económico de los empresarios que poseen los medios. Todo ello, por cierto, bajo las sagradas e intocables banderas de la "libertad de prensa".

¿Exageración?. Por favor, solamente parémonos frente al quiosco de la esquina y veamos titulares, textos y fotos. Alguien que conoce muy bien el monstruo por dentro -el periodista argentino Jorge Lanata-, nos da una franca explicación-confesión, cuando dice que "en el gremio periodístico, el puterío por metro cuadrado es altísimo".

Por ello, me gustaría decirles que no teman, que nada se van a perder si hoy, o mañana, no leen un diario. Hay que hacer la prueba y convencerse. Claro que no es tan fácil, porque desde que nacemos hemos adquirido la adicción de "estar informados"; pero, tampoco es imposible.

(agosto 12).

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